Recibieron el saco dorado

Sixto López Casa Madrid / www.layarda100.com

Verdaderamente emotiva resultó, la noche del viernes 2 de agosto de 2019, la tradicional entrega de los sacos dorados, símbolo de la introducción al Salón de la Fama del fútbol americano profesional.

NFL Network se lució con la transmisión del evento en que fue presentado cada uno de los siete integrantes de la Clase 2019, comenzando con Ed Reed quien fue felicitado por los legendarios Joe Greene, Joe Namath, Jim Kelly y Franco Harris.

Enseguida Johnny Robinson, quien destacó como defensivo de los Jefes de Kansas City, fue el segundo presentado ante el público reunido en el Centro Cívico de Canton, Ohio. Los primeros en felicitarlo fueron Larry Csonka y Rod Woodson, entre muchos otros de los miembros del Salón de la Fama reunidos para darle la bienvenida a la nueva generación.

También acapararon la atención el ex ala cerrada Tony González, quien durante su presentación fue entusiastamente felicitado por el ex defensivo Joe Greene, pieza clave de la “Cortina de Acero”; por Joe DeLamielleure, ex guardia ofensivo de los Bills de Búfalo, y por los legendarios ex Acereros de Pittsburgh Lynn Swann y Jerome Bettis.

Muy emocionado estuvo también al ex defensivo de los Cuervos de Baltimore, Ed Reed, quien saludó a los asistentes a la ceremonia después de que su padre, Edward Reed Sr., le ayudó a ponerse su saco dorado.

En su turno Gil Brandt, quien se desempeñó de 1960 a 1988 como vicepresidente de personal de jugadores con los Vaqueros de Dallas, recibió una afectuosa felicitación de los ex quarterbacks Bob Griese y Dan Fouts, y especialmente de Roger Staubach, legendario ex Vaquero.

Brandt reclutó a notables jugadores que con el paso de las décadas llegarían a ser elegidos para el Salón de la Fama del fútbol americano profesional, comenzando en 1961 con Bob Lilly, quien se convertiría en legendario tackle defensivo de los Vaqueros, y en 1964 seleccionó a Roger Staubach.

También descubrió a notables deportistas como Drew Pearson, Cliff Harris y Everson Walls, y de paso ayudó a crear sistemas de evaluación de jugadores que en la actualidad se emplean en la NFL. Durante sus 29 años en el cargo contribuyó a que Dallas tuviera 20 temporadas triunfadoras consecutivas (1966-1985); 13 títulos de su división, cinco campeonatos de la Conferencia Nacional y se proclamó monarca de los Super Bowls VI y XII.

Atrevido pronóstico

Después de recibir su saco dorado, que le fue colocado por Jerry Jones, actual propietario de los Vaqueros de Dallas, Gil Brandt acaparó la atención al pronosticar que el equipo “de la estrella solitaria” ganará el Super Bowl LIV. Enseguida, el maestro de ceremonias del evento, Rich Eisen calificó ese comentario como una declaración estilo Joe Namath, recordando que décadas atrás, el entonces quarterback de los Jets garantizó que ganarían el Super Bowl III.

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DATO ADICIONAL:

Durante el evento aprovecharon para tomarse la imagen del recuerdo legendarios ex quarterbacks que han ingresado en décadas anteriores al “recinto de los inmortales”: Warren Moon, Jim Kelly, Dan Fouts, John Elway, Kurt Warner, Bob Griese, Joe Namath y Roger Staubach fueron captados por Ben Liebenberg, fotógrafo de la NFL.

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Otro momento muy especial resultó cuando Tracy Mawae se convirtió en la quinta esposa en colocarle el saco dorado a su compañero de vida, Kevin Mawae, quien jugó como centro con Halcones Marinos de Seattle (1994–1997); Jets de Nueva York (1998–2005) y Titanes de Tennessee (2006–2009).

Después de recibir su saco dorado el ex esquinero Champ Bailey, quien jugó con Pieles Rojas de Washington (1999–2003) y Broncos de Denver (2004–2013) fue entrevistado por Steve Wyche, del canal NFL Network. El ex defensivo dijo que le emocionaba mucho recordar a Pat Bowlen “era un gran hombre, desearía que estuviera aquí”.

El momento más emotivo de la noche fue cuando Beth, Brittany y Annabel Bowlen, hijas del fallecido ex dueño de los Broncos de Denver, recibieron enmarcado para conservar, como un recuerdo muy especial, el saco dorado que le hubiera correspondido a Pat Bowlen, quien dejó huella con el equipo que adquirió en 1984, además de ser parte fundamental en negociaciones de la liga en renovación de contrato con las televisoras.

Durante el tiempo que Pat Bowlen dirigió las operaciones diarias del equipo, los Broncos tuvieron 21 temporadas triunfadoras, lograron 13 títulos divisionales y participaron en siete Super Bowls, ganando las ediciones XXXII y XXXIII.